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viernes, junio 08, 2007

Jueves 7 de Junio DIA DEL PERIODISTA

En LA RADIO 92.3FM, junto con Liliana Varani a las 9,30horas
del jueves 7 de Junio DIA DEL PERIODISTA, entrevistamos a LUIS AUBELE,
periodista del prestigioso diario LA NACIÓN,
con el cual estuvimos hablando de lo que significa
para el ejercer la profesión, queremos
transcribir alguna de sus muchas editoriales
relacionadas con el arte que le realizo al critico catalán
"Hemos confundido la cultura con las artes"
http://www.lanacion.com.ar/04/07/11/ds_617462.asp
A boca de jarra: Toni Puig Picart"En los años 80, el director de
teatro inglés Peter Brook llegó a Barcelona para
poner en escena la ópera Carmen. Nos recibió en
un almacén en ruinas con el piso
cubierto de arena y allí estábamos todos, amontonados
sobre cajones y restos de mostradores,
y estanterías. Salvo un piano, no había otra cosa.
Brooks apareció con un bastón y trazó un
gran círculo en la arena. Esta es la plaza de toros...,
dijo. Y allí transcurrió todo, ¡amores y
muerte!; no hacía falta un Teatro Colón para interpretar
a Bizet. A partir de ese día me enamoré de la ópera...
eso es cultura", recuerda el experto en comunicación
y gestión cultural Toni Puig Picart, de paso por Buenos Aires
.Picart es catalán y uno de los autores del programa
cultural del gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero. Pero, además, se lo recuerda por haber
sido el fundador de la irreverente revista Ajo Blanco,
en los años 70. Y por haber contribuido, como asesor del
Ayuntamiento de Barcelona desde 1976, a cambiar la ciudad
que, según sus palabras, era un desastre.-¿Para tanto?-
¡Es que era invisible! La calles sucias, con las veredas
tapizadas con las inmundicias de los perros; mal iluminadas.
¡La gente huía de Barcelona! Fue un trabajo difícil,
pero apasionante; a través de películas, afiches y mensajes
muy originales fuimos despertando la responsabilidad de
los ciudadanos, hasta que cada uno se transformó en un
agente de cambio. Finalmente, logramos invertir la tendencia
y hoy Barcelona es la ciudad con mejor calidad de vida de
Europa, según la opinión de 500 grandes empresas europeas.
-¿Qué es cultura para usted?-Cultura es una síntesis de
muchas cosas, pero resumiendo podríamos decir que es
la manera, el estilo, como los ciudadanos queremos vivir.
No pertenece al Estado, ni a los artistas, ni a los críticos,
ni a los comerciantes de la cultura. Pertenece a los ciudadanos,
¡esto es fundamental! Pero hemos confundido la cultura
con las artes y eso es como sostener, cuando hablamos
de frutas, que las únicas frutas son las peras.
Sin embargo, algo que parece tan simple es difícil de entender.
-¿Qué tendría que hacer un funcionario de la cultura?-
Crear espacios para que la gente común se relacione
y genere cultura. A esos espacios, por supuesto, no irían
sólo artistas, sino también científicos, diseñadores,
educadores, cocineros, periodistas, saltimbanquis, hombres
comunes, etcétera. Además, una nueva gestión cultural
requiere de un cambio de actitud. Ser honestos.-
¿Puede explicarlo?-Si observamos con atención
veremos que ciertas actitudes encierran un doble discurso.
Pontificamos que la cultura debe llegar al pueblo, pero,
en realidad, hacemos todo lo posible para que sea algo exclusivo de una elite.
Por ejemplo, desalentamos a la gente hablando un lenguaje incomprensible,
escribiendo críticas frívolas disfrazadas de profundas,
creando espacios de acceso restringido.
En los ambientes culturales se refugia mucha gente frustrada,
ávida de prestigio social, figuración, poder,
desplazados de otros ambientes, mitómanos, resentidos.
Gente que usa la cultura para tener privilegios y
atender sus relaciones públicas
a costa del dinero que muchas veces paga el pueblo.-
¿Puede dar un ejemplo práctico de esa acción cultural abierta?
-En 1972, mi amigo Joan Font creó Comediants,
un grupo teatral que buscaba una comunicación directa con
el público en plazas y calles. Irrumpían en las fiestas
populares catalanas con estandartes, muñecos
, zancos, malabaristas que jugaban con fuego,
música con aires populares del
Mediterráneo. Los comienzos fueron difíciles.
Eran emisarios de un teatro mágico que llegaba al terreno
emocional del hombre común. Y en treinta años,
Comediants pasó de ser un grupo transgresor callejero
a una empresa gigante de animación que cierra grandes
espectáculos como los Juegos Olímpicos de
Barcelona de 1992. Pero hay un recuerdo que quiero contar.
-¿Cuál?- Una vez me invitaron a acompañarlos a Polonia.
El gobierno comunista marcó las calles de Varsovia donde
el grupo estaba autorizado a actuar. Contra lo que se
esperaba, la gente se volcó a las calles, desbordó e
interactuó con los actores. Allí no había barreras idiomáticas
ni ideológicas; todos se comunicaban en un nivel más profundo
que echaba mano a todo lo que se le ocurría: gestos, cantos, mímica.
Una mujer mayor me decía que desde que había terminado la Segunda
GuerraMundial, nunca se había emocionado tanto.Luis Aubele

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